SINERGIA CONSULTORES

Somos un equipo de profesionales dedicados a crear y desarrollar procesos para el área de Gestión Humana

SERVICIOS QUE NOS CONVIERTEN EN SU MEJOR OPCIÓN

Trabajamos bajo principios de:Honestidad, Calidad, Innovacion y Responsabilidad.

PROCESOS DE CAPACITACIÓN Y ENTRENAMIENTO

Detección de necesidades y evaluación de resultados.

PROCESO DE SELECCIÓN Y EVALUACIÓN DE PERSONAL

Polígrafo - Entrevista Personal y/o Grupal - Pruebas Psicotécnicas - Entrevista Familiar.

CONTÁCTANOS

sinergiagh@gmail.com - Cel: 300 286 49 72 - 301 289 20 59

Contáctenos

(03) 300 286 49 72 (03) 301 289 20 59 sinergiagh@gmail.com

Lo mas popular....

Datos de Contacto

Estamos para brindarle un excelente servicio. Celular: 300 286 49 72 sinergiagh@gmail.com CONTÁCTANOS....

Buscar en este blog

Paginas

martes, 18 de junio de 2013

LO QUE NO PUEDES HACER PARA SER UN BUEN LÍDER....



Tomado de excellencia.com



Estas son las cosas que NO debes
hacer para ser un buen jefe y líder





El espíritu emprendedor suele ser una cualidad imprescindible para triunfar como empresario, pero no es suficiente. Para coordinar a un grupo de empleados o colaboradores y sacarle el máximo rendimiento a su trabajo se necesitan otra serie de cualidades relacionadas con la psicología organizacional que no se suelen aprender en las escuelas de negocios.

La línea entre el éxito y el fracaso empresarial suele ser tan estrecha que los errores insignificantes se pueden convertir en la antesala de un malogrado proyecto. Para evitar estas situaciones hay que tener en cuenta ciertos impulsos, comentarios y conductas con un efecto imperceptible en un primer momento, pero que si se repiten constantemente acaban teniendo un impacto determinante en la organización, dañando el clima de trabajo y minando la capacidad productiva del equipo. El primer paso para ser un buen jefe es saber lo que no se debe decir ni hacer, como se explica en el siguiente decálogo, donde se recogen los errores más frecuentes.

Ø  “No me vengas con problemas: tráeme soluciones”
Un jefe debe favorecer las condiciones adecuadas para que sus trabajadores realicen correctamente su labor, aunque sin dejar de animarlos para que resuelvan los problemas por sí mismos. Utilizar sistemáticamente respuestas como “deja de quejarte y haz tu trabajo” provocan que el trabajador se sienta poco valorado, lo que afectará a su productividad en la empresa.

Ø  Incumplir las promesas
A la hora de motivar a un equipo con incentivos se debe tener la certeza de poder cumplir lo prometido. Este tipo de estrategias son muy recurrentes entre los jefes para obtener beneficios adicionales de sus empleados pero, si bien logran su cometido en un principio, al incumplir las promesas se desgasta la relación laboral creando un sentimiento de frustración y desengaño entre el equipo.

Ø  “Lo tendré en cuenta”
Los jefes deben ser directos y evitar los eufemismos del tipo “ya valoraré si considero tu opinión”. No es de recibo intentar deshacerse diplomáticamente de una solicitud o propuesta porque creará confusión y no contribuirá a la solución de problemas. Lo mejor es decir lo que realmente se piensa, sea positivo o negativo, para evitar dar la sensación de que no interesan las propuestas de los trabajadores por sistema.

Ø  Hacer comparaciones entre los trabajadores
Se dice que las comparaciones son odiosas, pero cuando se hacen entre dos trabajadores de un mismo equipo se multiplican sus efectos negativos. Su doble impacto se debe a que esta actitud desmoraliza tanto al humillado como a los testigos. Además, las alabanzas a un empleado pueden despertar suspicacias entre sus compañeros y enrarecer el clima laboral.

Ø  “No te pago por pensar”
Un jefe que maneja a su equipo bajo el concepto de “te pago para que hagas lo que ordeno y nada más” creará una fuerte desmoralización entre el grupo. Al mismo tiempo, se desaprovecharán las capacidades de los mejores trabajadores que verán como ese empleo no cubre sus expectativas laborales. Este tipo de frases también ponen al descubierto que el jefe se siente inferior a sus trabajadores.

Ø  Desconfiar por sistema de los subordinados
Aunque esta actitud puede estar completamente justificada, puede tener efectos negativos sobre los empleados si estos sienten un control excesivo sobre ellos. La sensación producida es que son incapaces de hacer solos su trabajo. Esta situación coartará la iniciativa de los empleados y el trabajo en equipo perderá todo su sentido.

Ø  Apropiarse de los méritos de los empleados
Cuando se solicitan ideas e iniciativas a los trabajadores se debe reconocer su autoría, en lugar de apropiarse de ellas. Las actitudes de los jefes deben encaminarse a facilitar el mejor desempeño profesional entre su equipo, por lo que se deberán evitar los engaños. Tarde o temprano, todo se acaba sabiendo y los jefes que hayan ascendido a base de copiar ideas a los demás, crearán una burbuja que pronto se acabará desinflando.

Ø  “Deja todo lo que estés haciendo y ponte con esto ahora mismo”
Existen ciertas circunstancias en las que surgen urgencias y se hace comprensible un repentino cambio de planes, pero cuando esto se convierte en una tónica diaria perderá su sentido. Este tipo de indicaciones son el reflejo de una inadecuada planificación de las tareas, que entorpecerá el trabajo del grupo y provocará más retrasos.

Ø  Hacer gala de tu posición de poder cuando no sea estrictamente necesario
El excesivo culto al ego puede resultar lesivo para los subordinados, afectando a su dignidad personal y profesional. La arrogancia y la exhibición de privilegios sólo acabarán por minar el respeto hacia el jefe, reduciendo su capacidad de coordinación y mando.

Ø  Estar irritado permanentemente
La incapacidad para entablar una relación cordial con los trabajadores los bloquea y provoca que disminuya su concentración. La irritación permanente va en contra de algunas de las cualidades más preciadas en un jefe, como plantar cara a las adversidades, mantener el autocontrol y ser receptivo.




CONTÁCTENOS
CEL: 300 286 49 72
sinergiagh@gmail.com



lunes, 17 de junio de 2013

COMPETENCIAS: EL GRAN RETO DE LOS NUEVOS LIDERES.

Tomado de el Confidencial
Las competencias que no me enseñaron en el colegio

¿Quiénes son más inteligentes? Los nuevos tiempos han transformado sustancialmente el concepto de inteligencia. Todos lo sabemos: un CI alto no asegura el éxito en la vida. Una persona inteligente es quien logra adaptarse de manera eficaz a los requerimientos del entorno haciendo uso, claro está, de los recursos de los que dispone. Hoy no podemos entender la inteligencia sin hablar de competencias.
Y, ¿cuáles son las competencias que exige el mundo actual? En los últimos tiempos asistimos a un cambio de paradigma que ha generado grandes transformaciones en este aspecto. Un reciente estudio de la Nebrija Business School ha confirmado esto y también que las competencias más demandadas por el mundo real siguen aún sin estar demasiado presentes en las aulas. Eso mismo se apunta en otra investigación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (ANECA).
Pero esto no sucede sólo en la escuela. Estudios con trabajadores muestran también que todavía son pocas las empresas con planes sistemáticos para el desarrollo de competencias personales y profesionales. Es un error. No podemos vivir de espaldas a la investigación y sobre todo a las demandas reales del mundo en que vivimos. Y aunque en algunos casos se están dando pasos importantes, aún queda mucho por hacer. Es necesario invertir mucho más esfuerzo en el desarrollo de las personas. Esta ha de ser sin duda una de las claves que nos haga afrontar con éxito las demandas del mundo actual.
Algunas herramientas que me hubiera gustado conocer
Pero, ¿cómo mejorar las competencias personales y profesionales? Hoy muchas investigaciones ofrecen pistas valiosas acerca de cómo hacerlo.
  • Todos los estudios coinciden. Las competencias emocionales son determinantes. Debieran trabajarse toda la vida. Y es que hoy sabemos que las emociones positivas nos permiten disfrutar pero además mejoran el aprendizaje, la atención, la productividad, la creatividad, la implicación o la resistencia al cansancio. Los estudios están ofreciendo claves eficaces para trabajar este aspecto. Repasemos algunas.
  • En primer lugar, es determinante cultivar actitudes positivas. Sabemos que es más válido alguien con buena actitud que con grandes conocimientos. Además se ha demostrado que con ello se multiplica su rendimiento y las posibilidades de éxito entre un 65% y un 10%. ¿Alguien duda de que merezca la pena trabajar en ello? Los expertos sugieren fórmulas: incentivar el humor ayuda a afrontar fallos y a controlar emociones destructivas. Así que ríase de sí mismo. Haga chistes con frecuencia sobre sus errores; potencie el optimismo transmitiendo que lo que hace depende cada uno y sirve para algo. Este sentir debe potenciarse por jefes, maestros y padres. ¿Cómo? Halagando; valorando el esfuerzo y el trabajo; programando experiencias satisfactorias; intensificando gestos amables. Se ha demostrado que todo ello mejora la visión de la realidad, la satisfacción y rendimiento.
  • Esfuércese también por desarrollar comportamientos éticos y favorables: Y no importa la edad. Serán su tarjeta de visita o la de su empresa. En el estudio de la Nebrija Bussiness School esta fue la segunda competencia más solicitada. Y estos no se adquieren hablando sino practicando; entrene la empatía y comportamientos que hagan ponerse en el lugar de otro. Es necesario poner objetivos concretos y practicar en el mundo real; hacer seguimiento y nuevas metas; o enseñar prácticas proactivas como por ejemplo, dar el primer paso para solucionar conflictos. Pero recuerde, la mejor arma es el ejemplo y a la imitación de modelos. Emociones y comportamientos se contagian fácilmente. Por eso importan los líderes. Ellos más que nadie deben tener comportamientos y habilidades de este tipo.
  • Entrenar habilidades sociales y su capacidad para trabajar en grupo:Otro aspecto clave en el trabajo y en la vida que debieran ser educadas desde la infancia. Muchas empresas, familias y escuelas se están esforzando mucho. Pero no siempre lo hacen bien. A veces olvidan que para conseguirlo no basta con una charla, una tutoría o trabajar en grupo. Para tener éxito es necesario entrenarse de forma práctica en resolución de conflictos. Son válidas las dinámicas de grupo, el role playing o el acompañamiento en la resolución de conflictos reales.
  • Y también es esencial el desarrollo de habilidades comunicativas: Hablar en público puede provocar estrés. Y para evitarlo lo más efectivo es hablar en público. Muchos países consideran el teatro una asignatura clave de su modelo educativo. Otros han apostado por metodologías basadas en la participación y la exposición oral del alumnado. Son formas extraordinarias prepararse para la vida real. Así pues, deben incentivarse actividades de participación y exposición oral; deben fijarse objetivos progresivos y entrenar. Empezar por exposiciones ante grupos pequeños y en tiempos cortos. Aumentar retos al ganar confianza. Se ha demostrado que con ello, se mejora las habilidades comunicativas, la seguridad personal y ayuda a superar el miedo escénico. El esfuerzo merece la pena.
  • Entrene también técnicas para calmar la ansiedad y el estrés: Todos debiéramos hacerlo. Es frecuente vivir periodos de estrés y esto puede tirar por tierra lo que con tanto esfuerzo logramos. Es necesario aprender a combatirlo. Para ello identifique lo que le pone nervioso; busque apoyos; no adelante, viva en presente. Entrénese en relajación y técnicas de parada de pensamiento; trate de reorganizar variables externas que le generan tensión; haga una exposición gradual a lo que teme. Si teme hablar ante otros imagine que está ante alguien conocido. Trate de mantener la imagen. Es una técnica que funciona muy bien.
  • Y, ¿cree usted que posee una buena orientación a resultados?. Pues debiera. En el estudio de la Nebrija Business School ésta se configuró como la competencia más demandada actualmente por las empresas. Es necesario rentabilizar su esfuerzo. Es una habilidad que debiera ser educada desde la infancia; pero nunca es tarde. Aunque antes de ponerse a practicar debiera conocer la Ley de Pareto, según la cual con el 20% del esfuerzo que habitualmente realiza podría hacer el 80% de sus tareas. Este descubrimiento ha llevado a muchas personas e instituciones a entrenar habilidades para focalizarse en acciones y soluciones. Puede que con menos tiempo y recursos los resultados no sean tan perfectos pero sin duda serán mucho más rentables.
  • Y no solo es fundamental rentabilizar el esfuerzo. También lo es aprovechar el tiempo: Y según parece, podemos trabajar mucho más rápido de lo que lo hacemos. Así lo demuestra otra ley, la de Parkinson, según la cual tendemos  a aumentar el tiempo dedicado a una tarea hasta gastar todo el que disponemos. ¿Cuántas veces no se nos han ocurrido las mejores ideas poco antes de acabar el plazo de entrega? Seguramente muchas. La confirmación de ambas leyes ha contribuido a que hoy se trabaje arduamente en fórmulas para mejorar el uso del tiempo y la relación entre esfuerzo y resultados. Merece la pena. Se ha mostrado eficaz: Hacer listas diarias con tareas a realizar; decidir orden y tiempo que dedicará a cada una; tachar lo que va haciendo. Intente ser estricto y no alargarse; ponga un reloj a la vista. Es un recurso muy eficaz.
  • Pero además debiera entrenar su atención para no descentrarse de la tarea: Márquese metas. Revíselas frecuentemente. Utilice recordatorios de sus objetivos para el día; póngalos a la vista. Pida que no le interrumpan. Sea asertivo. Aíslese del entorno; ponga tapones en los oídos si es necesario; póngase retos temporales para acabar más rápido; así aumentará su concentración. Luche contra el aburrimiento; esto suele enlentecer el trabajo. Evítelo haciéndolas todas a la vez. Dedicará menos tiempo a motivarse y acabará antes…
  • Entrene además la iniciativa y la creatividad: Hoy en día constituyen son sin duda competencias clave. En otras ocasiones hemos hablado de como hacerlo.
  • Pero sobre todo aprenda a rodearse bien. Es una competencia fundamental en la vidaIntente rodearse de personas eficientes, de las que aprender y compartir esfuerzos. Elija bien a los amigos, las competencias comunicativas y emocionales también son fundamentales. Todos tienen algo que aportarle. Las personas más sabias son las que poseen la mente más abierta y más deseo de aprender.
Sin ningún lugar a dudas merece la pena invertir en el desarrollo de personas.Tal vez muchos piensen que esta es una labor demasiado ambiciosa o costosa. Puede ser. Pero no hay alternativa. Este tipo de competencias son cada vez más reclamadas. Afortunadamente cada vez más familias, escuelas y empresas están dedicando grandes esfuerzos a trabajar en ello. Ojalá a todos nos hubiesen entrenado en este tipo de competencias cuando éramos más jóvenes. Aunque tal vez no hiciera tanta falta. Eran otros tiempos.


Contáctenos
sinergiagh@gmail.com
Cel: 300 286 49 72


jueves, 6 de junio de 2013

7 HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA


El éxito depende de cada uno de nosotros....  disfrútenlo...







miércoles, 5 de junio de 2013

EL PODER CREATIVO DE LA PREGUNTA....


Tomado de Excellentia Consultores
 

EL MÉTODO SCAMPER Y EL PODER CREATIVO DE LA PREGUNTA




La pregunta es quizá el mecanismo más potente para dirigir nuestra atención hacia caminos inexplorados, El método SCAMPER nos propone siete tipos de preguntas que debemos plantearnos para encontrar soluciones creativas a nuestros desafíos.

La técnica SCAMPER, creada por Bob Eberle, es uno de los mejores ejemplos de este tipo de técnicas. SCAMPER es un acrónimo de siete tipos de preguntas que debemos formularnos ante un desafío.


SCAMPER, ¿Cuál es su significado?



SUSTITUIR:
 ¿Qué elementos de nuestro producto, servicio o proceso (de aquí en más, objetos) pueden ser sustituidos?



COMBINAR:
 ¿Qué otros elementos podrían combinarse con el objeto en cuestión?



ADAPTAR:
 ¿Qué elemento podríamos incorporar y adaptar a nuestro objeto?



MINIMIZAR/MAGNIFICAR:
 ¿Qué elementos del objeto podrían tener mayor importancia y cuáles menos?



PROPONER PARA OTROS USOS:
 ¿Qué usos adicionales puede tener el objeto en cuestión?



ELIMINAR:
 ¿Cuáles elementos podrían ser eliminados?



REORDENAR E INVERTIR:
¿Qué elementos de nuestro objeto pueden adquirir una forma totalmente distinta?




En síntesis, la técnica SCAMPER nos obliga a hacernos preguntas que normalmente no nos haríamos. Así, nuestra atención es desviada a buscar respuestas en lugares no convencionales.


Entonces, ante un desafío que requiera una solución creativa, preguntémonos:


1) ¿Qué puedo Sustituir?

2) ¿Qué puedo Combinar?

3) ¿Qué puedo Adaptar?

4) ¿Qué puedo Minimizar o magnificar?

5) ¿Puedo Proponer otros usos?

6) ¿Qué puedo Eliminar?

7) ¿Qué puedo Re-ordenar o invertir?





CONTÁCTENOS

300 286 49 72

sinergiagh@gmail.com






martes, 4 de junio de 2013

COMO DAR UN BUEN FEEDBACK SIN MORIR EN EL INTENTO

Tomado de Descubriendo talento.
Recientemente una compañera de trabajo me comentó una situación que tenía que le preocupaba.
Una persona muy cercana a ella le había regalado un libro que había escrito con la intención de que ella le diera su opinión.
Mi compañera había empezado a leerlo y, dada la temática del mismo, le estaba costando bastante seguir la trama. Aparte de que el libro no terminaba de “engancharla”.
Su preocupación era que su amigo, en un plazo corto de tiempo le iba a pedir su opinión sincera sobre el libro y ella se sentía incapaz de decirle la verdad por no herir sus sentimientos.

¿Qué hacer entonces?

Dar feedback  o emitir una opinión sobre una persona, una situación ó un tema es algo delicado dado que normalmente entran en juego emociones encontradas: las ganas de dar una opinión sincera y el temor a hacer daño a la persona. Y sin embargo es algo que continuamente hacemos.
Cuando el feedback lo damos a un colaborador, compañero o jefe, la situación puede llegar a complicarse bastante, a pesar de que es habitual escuchar expresiones del estilo “puedes ser honesto, estamos en un clima de total colaboración“, ” no te preocupes que lo que digas se tendrá en cuenta de acuerdo con la situación“….

La realidad no es tan sencillo y a ninguno nos gusta que nos digan algo que no encaja con nuestra percepción de la situación o simplemente que nos digan que no gusta lo que hemos dicho o hecho.
¿Es posible emitir una opinión honesta sobre algo sin sentirnos que estamos fallando a la otra persona y sin que la otra persona se lo tome como una ofensa?

La respuesta es SI. Y como otras habilidades, se puede aprender y mejorar con la práctica.
Podemos encontrarnos dos tipos de feedback:
·         Feedback de reconocimiento: es el que consiste en emitir una opinión positiva ó de reconocimiento a una persona. Este tipo de feedback debería ser el más utilizado en las empresas. Sin embargo, la realidad nos demuestra que es el que menos se utiliza, a pesar de que sus beneficios son elevadísimos y su coste prácticamente nulo.

·         Feedback de mejora: es aquel que consiste en dar información a un colaborador sobre algún área, habilidad concreta sobre la que cabe una mejora. Tampoco es el más utilizado en las empresas ya que lo que se suele ocurrir es que este tipo de feedback se convierte en un reproche o un comentario de censura sobre alguna situación o comportamiento.


¿Cómo dar feedback?

Tanto si lo que queremos es dar un feedback de reconocimiento como de mejora, las pautas son las mismas con algunas matizaciones:
1.   A la hora de dar un feedback de reconocimiento, conviene hacerlo delante del resto de colaboradores. Es una manera de que el resto de empleados vean que el reconocimiento es una práctica habitual por parte de quien lo da. Además es una manera de multiplicar los efectos motivadores del reconocimiento. En definitiva, a todos nos gusta sentirnos reconocidos delante de los demás y no es lo mismo que nos lo digan en privado a que se haga de manera pública.

2.   En cambio, el feedback de mejora conviene darlo en privado, siempre que sea posible. Se trata de decirle a una persona que debe mejorar una habilidad o su desempeño y el hecho de hacerlo privadamente, demuestra sensibilidad hacia la autoestima de la persona que lo recibe.

3.   El feedback debe centrarse siempre en hechos y no en la persona. Si queremos que nuestros colabadores estén receptivos a la hora de recibirlo, es conveniente que se haga centrándose en la situación concreta y dejando a un lado cualquier tipo de alusión personal.

4.   El feedback de mejora se recibe mejor si se comunica con una sonrisa y se pone el acento sobre cómo dar herramientas a la persona para que pueda mejorar. Es habitual encontrarnos con que este tipo de feedback se convierte en una oportunidad para decirle al colaborador todo lo que hace mal sin darle más información.

5.   Elegir el momento más adecuado para dar el feedback. Valorar el estado de ánimo del colaborador al que se le va a comunicar y ponernos en su lugar. En definitiva empatizar con la persona y la situación.

6.   El feedback se recibe mejor si se hace desde el “yo” y no desde el “tu”. No es lo mismo decir “Tu libro no me gusta” a decir “creo que no tengo los suficientes conocimientos como para entenderlo”

7.   Tener en cuenta que la comunicación es una calle de dos sentidos y dependiendo de cómo se comunique, la persona reaccionará de una manera u otra.


Dar feedback tiene unos efectos positivos incalculables ya que incide directamente en la motivación de nuestros colaboradores.
Y a la vez, si ese feedback se utiliza únicamente como método de crítica y censura provocará el efecto contrario, el desánimo y la desmotivación de las personas.




Contáctenos
300 286 49 72
sinergiagh@gmail.com